¿Puede ser la alopecia reversible?
Son muchas las personas que se preguntan si puede ser la alopecia reversible. Es una cuestión compleja que depende en gran medida del tipo de alopecia y también de las circunstancias específicas -tanto genéticas como ambientales o de hábitos- por parte de la persona que la padece. La respuesta no es blanca ni negra. La reversibilidad de la alopecia depende de una compleja gama de grises y especialmente de los motivos que la han desencadenado. Analicemos algunas de las variables que inciden en la recuperación o cronificación de este problema.
Cómo saber si es la alopecia reversible: ¿es posible recuperarse de ella?
Según la web especializada Dermatología.cat, cabe destacar que las alopecias abarcan todas aquellas enfermedades que cursan con una pérdida de los folículos pilosos. Aunque nos solemos referir a ellas cuando existe una cierta afectación estética del paciente debido a un defecto o alteración de los cabellos. También se tiene en cuenta otras partes del cuerpo otras zonas del cuerpo como el pelo público y axilar o las cejas y pestañas, así como el resto del vello corporal.
Para saber si una alopecia es o no reversible, hay que atender a si tiene un carácter cicatricial o no cicatricial:
- Alopecia cicatricial. En este caso la alopecia sí que es irreversible y no existen posibilidades de recuperar el cabello. Son alopecias que se desencadenan fundamentalmente debido a enfermedades del cuero cabelludo. La lista de enfermedades cutáneas que pueden producir estas alopecias es amplia. Resulta esencial que el paciente reciba una valoración médica especializada para establecer un diagnóstico preciso. Este tipo de problemas lesionan para siempre el folículo piloso y es habitual que estén acompañadas de alteraciones de la piel perifolicular. Pueden ser de dos tipos: primaria cuando la destrucción se produce por un proceso que afecta directamente al folículo piloso. La secundaria cuando la alopecia se debe a un daño externo como infecciones, tumores o accidentes físicos como quemaduras, radioterapia o heridas. Estos son algunos de sus síntomas.
- Parches de pérdida de pelo
- Destrucción del folículo por debajo del cuero cabelludo
- Descamación
- Enrojecimiento
- Ampollas de líquido o pus
- Disminución o aumento de la pigmentación en la zona afectada
- Alopecia no cicatricial. Por fortuna, se trata de más común en el ámbito de los tratamientos capilares. Sus tipologías más comunes son la alopecia androgénica, el efluvio telógeno, la alopecia areata, la traumática, la tiña del cuero cabelludo, por herencia genética, por ingesta de medicamentos o drogas, o por enfermedades sistémicas.
- En este blog hemos hablado en numerosas ocasiones de la areata -pérdida de cabello temporal por motivos autoinmunes que suele volver a crecer. Presentando las variedades local, multifocal o universal- o la androgenética, conocida también como calvicie común. Esta consiste en una pérdida de cabello de progresión lenta, que aparece de forma fisiológica con la edad y que aunque no tiene un carácter reversible, sí obedece a tratamientos para detener y paliar el problema.
- En el caso de los efluvios telógenos son caídas de cabello rápidas y extensas. En pocos meses de una causa conocida como el parto, dietas de adelgazamiento estrictas, infecciones con fiebre, determinados medicamentos, intervenciones quirúrgicas e picos intensos de estrés psíquico o emocional. Por fortuna, casi todos los casos son reversibles y tras la detención de la caída de cabello, este vuelve a crecer a los pocos meses.
- En los efluvios anágeno agudos la pérdida también es brusca de carácter extenso, apareciendo tras enfermedades hormonales, autoinmunes, deficiencias de determinados nutrientes o la prescripción de determinados fármacos como los propios de la quimioterapia, así como intoxicaciones y exposición a radiaciones. En este caso también es una alopecia reversible, que tras eliminarse el factor o la enfermedad desencadenante, remite por completo.