Tratamiento de keratina: qué es y para qué sirve
Someterse a un tratamiento de keratina es cada vez más popular entre muchas mujeres que quieren dotar de un mejor aspecto su melena. Por ello, hoy te vamos a explicar en qué consisten estos tratamientos, cuáles son sus ventajas y qué características tienen.
El tratamiento de keratina se trata de un tratamiento capilar par acabar con el encrespamiento capilar y mejorar la apariencia del pelo. No en vano es de las peticiones más demandadas en las peluquerías españolas.
En primer lugar, ¿qué es la keratina? Se trata de una proteína rica en azufre que pertenece a las capas más externas de la epidermis de los vertebrados y de sus derivados, como plumas, pelos, cuernos, uñas o pezuñas. Sus dos propiedades principales son la resistencia y la dureza. También forma parte del cabello humano de forma natural, aunque se pierde progresivamente con la edad. Al aplicarla al cabello este fortalece, gana brillo y se reconstruye.
Tratamiento de keratina: qué soluciona
La función principal de la keratina es que esta sustancia acaba con el encrespamiento, un mal que sufren muchas mujeres -así como hombres que lucen el pelo largo- y que no se arregla con plancha o secador -además de que el uso reiterado de estos aparatos también daña la melena-.
Un tratamiento de keratina brinda brillo, suavidad, hidratación y uniformidad, además de un pelo más liso, aunque el tratamiento en sí mismo no es alisador, sino reparador de la fibra capilar. Funciona especialmente con cabellos porosos, mientras que hay que ser cuidadoso con el cabello fino debido a que puede producirse una pérdida de volumen. No obstante, cualquier persona puede utilizarlo y beneficiarse de su amplia gama de ventajas.
No se deben aplicar tratamientos de keratina sobre cabellos muertos, decolorados o con las puntas quemadas ya que se podría romperlo. Es altamente recomendable para ganar fuerza, flexibilidad, resistencia y un mayor control del encrespamiento. De esta manera, podrás combatir los agentes externos como el sol, la humedad o los cambios de temperatura, acabando para siempre con el pelo fosco y encrespado.
En cuanto a los precios, oscilan entre los 90 y los 300 euros, mientras que sus efectos duran en torno a los tres meses aunque varían según la persona, la composición, textura y tipo de cabello o factores externos como el clima.