¿Necesito terapia psicológica para la alopecia?
Cada persona es un mundo. Por lo que mientras que muchos pacientes que padecen cualquier tipo de alopecia se readaptan a la nueva situación, buscan tratamientos o soluciones -como el cabello sin cirugía o los onjertos capilares-, otras personas sufren problemas psicológicos como ansiedad o depresión que hacen que sea preciso y recomendable acudir a terapia psicológica.
Incluso en algunas ocasiones sucede a la inversa: eventos emocionales o estresantes se mencionan como posibles causas de inicio y exacerbación de la alopecia areata. En este sentido, diversos estudios han puesto el foco en la tendencia de personas con enfermedades de carácter psicopatológico en relación con la población general a sufrir alopecia. Observando morbilidad psicológica entre los diagnósticos cutáneos, con una alta prevalencia en las personas alopecia. Otras investigaciones revelan que los rasgos de personalidad no son cualitativamente distintos de otros pacientes con problemas cutáneos.
La alopecia areata es, de todos modos, la más vinculada a la psicología. Debido a su etiología autoinmune y a lo impredecible de su evolución y tratamiento -puesto que en muchas ocasiones se cura pero en otros es permamente-. Veamos cuando la terapia psicológica es necesaria.
¿Cuando se necesita terapia psicológica para la alopecia?
La alopecia no es una enfermedad grave ni que amenace la salud física de la persona que la sufre. Sin embargo, padecerla puede provocar baja autoestima y generar un profundo estrés psicológico. Lo hace que disminuya el bienestar de esa persona, merme sus relaciones sociales, íntimas y familiares o altere sus interacciones cotidianas.
Se debe acudir a un especialista cuando se vive la alopecia con angustia. Durante un período largo de tiempo, la persona no lo percibe como algo inevitable -ya que el pelo, al igual que el resto de órganos o partes del cuerpo como la piel, la vista o las uñas, envejece y está sometido a cambios a lo largo de la vida- y el estado de ánimo, la autoestima o la confianza se ven mermados. En el caso de las mujeres la perdida de cabello suele tener más consecuencias psicológicas, ocasionando depresión y aislamiento. En ellas, la pérdida se caracteriza por la transparencia, falta de densidad y desaparición o clareamiento de cabello. Sobre todo en zonas como la parte alta de la cabeza.
Una investigación de la Universidad de Nottingham. Donde participaron 1400 personas se concluyó que las personas que padecen alopecia pueden sufrir un impacto psicológico severo -asociando la pérdida de cabello a la pérdida de identidad-. Incluyendo fobia social, depresión, ansiedad y disminución de la autoestima, aislamiento emocional y angustia. Las relaciones personales pueden ser deterioradas y algunas personas perciben discriminación laboral.
No existe una directriz, pero si padeces estos síntomas la terapia cognitivo-conductual podría ayudarte, complementada con ejercicios de relajación, deporte y una alimentación cuidada. Especialmente si tienes alopecia areata la terapia puede ser una poderosa herramienta de mejora. Ya que en muchos casos viene precedida de una ruptura traumática, la muerte de un ser querido o la pérdida de un trabajo. Estos acontecimientos pueden desencadenar alteraciones inmunológicas que repercutan en la alopecia posterior.
Lo fundamental, sin duda, es un diagnóstico temprano y un tratamiento precoz para el problema de la alopecia. Si esta persiste en el tiempo o causa daño emocional, acudir a terapia es una opción de peso para aumentar el bienestar personal, la autoestima y el equilibrio emocional del paciente.