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Depresión en otoño: qué es el SAD o trastorno afectivo estacional

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Depresión en otoño: qué es el SAD o trastorno afectivo estacional

Muchas personas experimentan un pico de depresión en otoño, ven agravada su ansiedad o no se encuentran bien anímicamente durante los meses de otoño e invierno. En algunos casos, este trastorno obedece al SAD o trastorno afectivo estacionalEs más común en tres segmentos de población: las mujeres, las personas jóvenes y aquellas que viven lejos del ecuador.

Depresión en otoño. ¿Tengo trastorno afectivo estacional?

Por supuesto, siempre debes consultar con tu médico los posibles síntomas de depresión. El síndrome afectivo estacional no debe confundirse con la tristeza o melancolía que habitualmente asociamos al clima más frío, a la lluvia o la oscuridad del otoño y del invierno. Este trastorno se caracteriza por la fatiga, la escasa energía, las alteraciones en el sueño normal -ya sea por exceso o por defecto-, irritabilidad, desesperanza y cambios de peso, en parte por el deseo de ingerir carbohidratos. Por otra parte, en muchas personas son recurrentes los pensamientos de muerte o suicidio.

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¿Qué diferencia existe con respecto a la depresión crónica o puntual? La mayor parte de las personas que padecen depresión se encuentran peor en los meses más fríos, mientras que las personas que tienen trastorno afectivo estacional se sienten bien el resto del año. En cuanto a su origen, se desconocen con certeza sus causas: diversas investigaciones apuntan a una producción excesiva de melatonina, falta de vitamina D, alteraciones en los ciclos circadianos y poca segregación o desequilibrio de serotonina. 

Lo habitual para categorizar que una persona padece SAD implica que la sufra durante dos años consecutivos. Afecta a un volumen considerable de población: entre un 10% y un 20% padece el trastorno de forma leve y entre un 4% y un 6% de forma grave. Tienes más riesgo de padecerla si superas los veinte años, mientras que tiene más incidencia en la juventud. Su prevalencia es cuatro veces mayor en las mujeres.

Cómo prevenir y combatir el SAD

  • Haz actividades al aire libre. Realiza ejercicio suave, preferiblemente en el exterior y con la mayor frecuencia posible. Así, recibirás más luz natural y por ende, vitamina D, combatiendo la depresión.
  • Cuida tu horario de sueño.  Es importante cuidar tus horarios de sueño, no beber alcohol de noche y tampoco pasarse con el consumo de bebidas energizantes y estimulantes como la cafeína.
  • Algunas personas reciben fototerapia. Se trata de una técnica concebida para reemplazar la luz del sol que no llega durante los meses de otoño e invierno. Las cajas de fototerapia tienen una intensidad de 10.000 lux y se usan de veinte a treinta minutos diarios al despertarse por la mañana. Cerca de la mitad de personas con SAD precisan combinar medicación, fototerapia y terapia cognitivo conductual (TCC), que también ayuda a no recaer.
  • Cuida tu alimentación. Apuesta por alimentos ricos en triptofano, otros que te permitan segregar melatonina, vegetales frescos de temporada como la calabaza, legumbres, frutos secos, aceite de oliva, pescado y fruta.
  • Buena compañía. Además de aficiones creativas o la práctica de deporte, la compañía de los seres queridos es fundamental para prevenir la aparición del SAD. Acudir al cine, pasar tiempo con amigos, planificar cenas, hacer caminatas o salir a recoger setas ayuda. Disfruta de la parte positiva de estas estaciones: ver la nieve, fotografiar el paisaje, retirarse al calorcito del hogar a leer o ver una buena película…

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